Facultad de Medicina - Universidad de la República

Montevideo - Uruguay

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Pautas para Padres
Pautas para Residentes y Pediatras

Cruzada Caritat

SERVICIO DE ORTOPEDIA DEL HOSPITAL PEREIRA ROSSELL

La ortopedia pediátrica dispone en el Hospital Pereira Rossell, de un pabellón importante, con 40 camas, para la internación de pacientes, con aislamiento para pacientes que están cursando cuadros infecciosos, salas para la internación de pacientes en estudio, preoperatorio y postoperatorio. 

La actividad quirúrgica se desarrollo en el cuarto piso del Hospital Pediátrico, contando con dos días a la semana de coordinación quirúrgica Y con sala de urgencia todos los días para los pacientes de urgencia que requieran tratamiento quirúrgico. 

La sala de yesos del Servicio funciona todos los días hábiles de la semana en horario de la mañana realizándose un número muy importante de aparatos enyesados, para pacientes portadores de pie bot, yesos para columna, para los diferentes tipos de fracturas, asi como también se están desarrollando diferentes tipos de ortesis en material de termoplástico. 

El Servicio consta también con un muy experiente equipo fisiátrico y con Técnicos Fisioterapeutas de mucha trayectoria y experiencia en tratamiento de pacientes con problemas ortopédicos, un Servicio de Radiología que funciona todas los días realizando las radiografías de los pacientes que concurren a policlínica y una organización asistencial que proporciona policlínicas de asistencia los días lunes, miércoles, jueves y viernes, realizándose los días martes una policlínica de consulta con el Profesor del Servico.


Es un importante reducto de la especialidad. Sus técnicos, formados en el Instituto de Ortopedia y Traumatología, han encaminado su actividad a la ortopedia infantil y se encuentran en condiciones de resolver los distintos problemas del aparto locomotor con gran solvencia técnica y con una responsabilidad que colocan a ese servicio a la misma altura que los más calificados.


Este Instituto es obra del fervor y el tesón de un hombre: el Dr. Ricardo Caritat.

1 - Dr. Ricardo Joaquín Caritat ( 1901 – 1976 )

Tiene el innegable mérito de haber independizado la ortopedia infantil de la cirugía de niños. Le ofreció vida propia y realizó su asentamiento y expansión docente en un medio dedicado a la asistencia infantil.

Había sido practicante del servicio de Cirugía Infantil y Ortopedia del Dr. Prudencio de Pena y al graduarse continuó en el cargo, ocupándose, a la solicitud del Profesor de Pena, de la policlínica. Ese cargo no volvió a llamarse a concurso, pese a ser reglamentariamente un cargo “a término”.

Cuando Bado y Vázquez vuelven al país y en 1935 logran que el profesor Blanco Acevedo le entregue a Bado la responsabilidad del primer servicio de traumatología del país, el Dr. Caritat junto con el Dr. Pedemonte, se unen a ellos para formar un grupo de trabajo especializado.
Los cargos de la sala 11 eran honorarios.

En 1936 fallece el Dr. de Pena y el Dr. Caritat continúa al frente de la policlínica que se denomina “de ortopedia”. Posteriormente este cargo lo adquiere con carácter definitivo y autónomo cuando el parlamento realiza dos cambios de designación presupuestal (Acción Sindical, Nº 37 – 1942).

Consideramos que esta nueva situación creada, que fue en oportunidad fustigada, le permitió a la especialidad obtener en esa rama de la pediatría, una autonomía que no tenía y llegar con el tiempo a disponer del importante servicio que es actualmente.

Hemos de repetir que cuando el Profesor Velarde Pérez Fontana sustituye al Dr. de Pena en la cátedra, en el año 1937, la Facultad elimina de ella la ortopedia y le ofrece únicamente la designación de cirugía de Niños.

En esta forma funcionó en el Hospital Pereira Rossell una policlínica de ortopedia, independiente de cualquier otro servicio.

Pocos años después, al comienzo de la década del cuarenta, Caritat logra que se le adjunte a su policlínica, para la internación de sus pacientes, un vetusto e inhóspito pabellón de madera con techo de chapa de zinc, que había pertenecido al servicio de medicina infantil y estaba abandonado. Ese pabellón fue acondicionado para poder albergar enfermos y una pequeña sala se adaptó para operaciones quirúrgicas.

En 1938 el Dr. Caritat viaja a Estados Unidos permaneciendo un tiempo en la clínica del renombrado maestro de la ortopedia, Arthur Steindler de Iowa. Visita además otros importantes servicios.

Si bien el Dr. Caritat inició su capacitación en cirugía infantil y ortopedia al lado del maestro de Pena, su completa formación especializada la realiza al lado de Bado y Vázquez.

Era muy versado en el conocimiento de las secuelas de la poliomielitis infantil aguda, que tanto abundaban en aquella época.
Tenía gran experiencia en el estudio clínico de sus distintas formas y de las múltiples posibilidades incruentas o quirúrgicas para equilibrar los miembros paralizados.

En 1942 realizó el concurso del cargo de médico de guardia y encargado de sala del Instituto Traumatológico y en 1945 llegó por concurso al cargo de Profesor agregado de Cirugía infantil, actuando en la cátedra de Medicina Operatoria al lado del Profesor Chifflet.

En 1948 renuncia al cargo del Instituto de Traumatología para dedicarse integralmente a su servicio del Hospital Pereira Rossell.

En 1950 concursó para la cátedra de Ortopedia y Traumatología que fue finalmente ocupada por el Dr. Bado.

El viejo e inadecuado pabellón de madera donde se encontraba el Servicio de Ortopedia, disponía de tres sectores para la internación. En la búsqueda de mejorar ese inapropiado local obtiene una donación de la Srta. Segunda Perratone y se construye un pequeño edificio para policlínicas, gimnasio, sala de yesos y archivo.

En 1948 la “Fundación Nacional pro salud y bienestar del niño” en la que intervenía activamente la señora del Presidente de la República, Doña Matilde Ibáñez de Batlle Berres, construye una ampliación de aquel edificio para aulas de enseñanza para los niños internados y un taller.

En 1954 lo acompañaba en la tarea asistencial el Dr. Heber Motta y poco tiempo después se unen a ellos los Dres. Mario Volonterio y Francisco de Castellet. Este último, de vocación y formación en fisioterapia, fue un colaborador de gran importancia en la tarea que realizaba el Dr. Caritat, habiendo sido su discípulo, su amigo y compañero fiel hasta su último tiempo, ofreciéndole una dedicada colaboración y una lealtad ejemplar.

En 1955, una terrible y desoladora epidemia de poliomielitis azota nuestro país y sorprende a los servicios médicos capitalinos que deben ocuparse de la faz aguda de la enfermedad, preservar las complicaciones y evitar las deformaciones, para finalmente tratar las secuelas. El Instituto de Enfermedades Infecciosas que dirigía el Profesor Enrique Claveaux exigía la prioridad para la atención de los enfermos, que generalmente eran niños, y el Hospital de Niños consideraba que debían dirigirse ahí. El Dr. Gómez Malasud, médico venezolano que se encontraba en nuestro país, fue nombrado para disponer y resolvió que se atendieran en la aguda en el Instituto de Enfermedades Infecciosas, para inmediatamente pasar al Servicio de Ortopedia, encargándose de la coordinación el Dr. F. de Castellet.

2 - Cruzada por los niños lisiados: Obra Dr. Caritat

Fue en esos momentos que el Dr. Caritat vislumbró la posibilidad de lograr mejorar las limitadas condiciones que disponía su servicio, que evidentemente eran paupérrimas.


Una intensa e inteligente campaña, de profundo contenido social, para mejorar la asistencia del niño lisiado, sensibilizó a toda nuestra sociedad y así logró reunir los medios económicos para sustituir lo que había sido un viejo pabellón de madera, por el moderno, funcional y hermoso edificio actual.


Se dirige a un periodista que era columnista del diario “El País” para imbuirlo de la necesidad que sus artículos, que eran muy leídos pues abordaba temas de actualidad, ligeros y ágiles, tuvieran un más amplio contenido social. Este periodista que se firmaba con el seudónimo DAVY (Dionisio Alejandro Vera) se transforma en el gran propagandista de una intensa y resonante campaña a favor del niño lisiado. Por otra parte, el diario ofrece sus páginas a esa nueva acción. Se constituye así la “Cruzada por los Niños Lisiados: Obra Dr. Caritat”.


Se recurre a la sensibilidad de todos los estratos sociales que van a responder generosamente, por que comprenden que ese llamado tiene no sólo un profundo contenido social, si no sobre todo moral. ¡Y el milagro se produce! Se recibe un muy importante aporte económico que va a permitir completar un pabellón adecuado a la obra en la que estaban empeñados pudiendo construir tres pisos para la internación y dos departamentos quirúrgicos.


Se había logrado la planta física, pero era necesario equiparla y disponer del personal necesario para su conservación y funcionamiento. El aporte oficial, lo que podía ofrecer el Ministerio de Salud Pública, era notablemente insuficiente, siendo incapaz para llenar las necesidades debidas. Lo que se había logrado con tantas esperanzas y sacrificios comenzó a deteriorarse rápidamente.


Es cuando la Cruzada, dirigida por hombres de viva sensibilidad y responsabilidad social, se reactiva, recobra un nuevo impulso y logra reunir el dinero necesario para acondicionar el edificio, completar el equipamiento y reunir un personal activo y competente. Se llega, así, a la organización ejemplar que hoy expone ese servicio.


En 1962, esa Institución que es privada, y ha sido creada con el filantrópico fin de ayudar y rehabilitar al niño lisiado a través de ese importante servicio de ortopedia, obtiene oficialmente el reconocimiento de su personería jurídica.


El Dr. Caritat fue el guía indiscutible de ese movimiento social y supo reunir a su lado a un importante grupo de personas de un profundo sentido moral, filántropos de sensibilidad generosa y de participación activa y efectiva en la búsqueda del fin que se había propuesto.


Entre éstos debemos destacar la presencia del tesorero Dr. de Castellet, que continúa en ese cargo realizando una tarea de reconocida probidad. Debemos destacar en capítulo aparte la presencia moral, de verdadero filántropo, con sensibilidad de amor hacia sus semejantes, de vocación altruista, del presidente de esa institución privada Don Manuel Díaz Bolón. Dedica no sólo sus horas, sino su tiempo y su vida, en bien de esa generosa campaña para beneficio del niño impedido físicamente. Desde 1954, ya antes de la epidemia de poliomielitis, estaba al lado del Dr. Caritat para mejorar la asistencia de los niños que acudían al servicio de ortopedia. Merece el reconocimiento de todos por su dedicación, rectitud de ánimo, su sensibilidad social, su bondad y su modestia señorial.

La cruzada “Obra Dr. Caritat” ha dignificado la asistencia del niño lisiado, ha aumentado sus posibilidades de recuperación física y social y ofrece un real ejemplo de solidaridad humana efectiva y bien dirigida.


Desde 1980 ha hecho posible que renombrados especialistas de distintas partes del mundo concurra a nuestro país para exponer sus conocimientos y su experiencia, para acrecentar la capacitación de nuestros ortopedistas.


Han recibido en donación un amplio campo, vecino al pueblo de Soca donde iniciarán una nueva etapa para beneficio del niño, formando una colonia educativa para huérfanos rehabilitados que se denominará “Colonia Educacional Ramón Lavaggi”. En esa chacra, la cruzada Dr. Caritat ha plantado ya 10000 árboles y tiene proyectado un edificio, con todas las dependencias, para albergar 20 niños.


En 1976 fallece el Dr. Caritat y lo sucede en la dirección del Servicio de Ortopedia el Dr. Esteban Nin Vivó, quien recibe la importante colaboración de un destacado y disciplinado equipo con el que se rodea y le imprime un serio e importante impulso científico a ese baluarte de nuestra ortopedia.